¿Depresión navideña?, ¿Existe?, ¿la sufro?
En estas fechas es muy frecuente escuchar este término o incluso hablamos con gente que afirma que la padece.
Para empezar debemos decir que este tipo de depresión, como tal, no existe. En concreto hablaríamos de un estado melancólico, emocional o anímico que algunas personas sufren estos días.
Durante la navidad aparece un aumento de lo que llamamos “ansiedad flotante” producido por todo aquello que nuestra sociedad impone acerca de la navidad. Estas circunstancias vienen especialmente potenciadas por el interés consumista de nuestra cultura. Pensemos que nuestra cultura, en cierta forma, nos impone en estos días: hacer regalos y recibirlos, cambiar nuestra rutina diaria con festividades y acontecimientos sociales, acudir a cenas y/o eventos, etcétera. A todo esto la sociedad exige ser muy feliz en “estos días entrañables” de familia paz y amor… Nos vemos obligados a participar de determinados acontecimientos pese a que podamos no sentirnos con ganas para ello. Incluso tenemos que poner buena cara en alguna cena en los que nos toca estar con personas o familiares con los que no nos llevamos bien. Y todo esto con buena cara...
Todas estas circunstancias hacen que en algunas personas se ejerza una presión ambiental tan elevada que origine una sintomatología que se podría asimilar mucho a un auténtica depresión aunque no llegue a cumplir los criterios diagnósticos para considerarse como tal.
Pese a no tratarse de una depresión, propiamente dicha, ello no significa que no deba ser tratada o atendida ya que puede derivar en problemas posteriores. Para ello es recomendable solicitar asesoramiento de un psicólogo colegiado. El profesional ayuda a superar estas fechas y evita complicaciones futuras.
El profesional te puede ayudar con técnicas y estrategias para afrontar mejor estos momentos. Con su trabajo podrás disfrutar de la vida y sentirte mucho mejor. Tal vez la mejor opción en estas fechas: regalarte a ti mismo/a salud...
