Superar el duelo.
Llorar las pérdida de un ser querido es algo natural normal y también terapéutico. Todas las culturas han demostrado tener ritos y ceremonias con las que pasar estos momentos de dolor.
El duelo es un proceso que debe experimentarse y elaborarse por la persona que sufre la pérdida. No debemos evitar que llore o sienta por esa pérdida. Especialmente cuando se produce de manera inesperada, abrupta o violenta. También es muy importante no condicionar a la persona sobre cómo debe sentirse o cómo debe actuar. Cada persona es de una manera, siente a su forma y por tanto tiende actuar de manera diferente. Cada persona experimenta el proceso de duelo de forma personal y distinta.
Otro aspecto muy importante es la inhibición de las emociones. En nuestra sociedad parece que cada vez está peor visto el hacer notar lo que uno siente. Aspectos o factores culturales que nos que debemos ser fueres, no llorar o que se es más hombre si no se hace van muy en contra de lo que realmente se ha de hacer para experimentar un duelo adecuado. Debemos dejar rienda suelta a las emociones. es bueno expresar lo que uno siente y recordar al ser querido que nos ha dejado. No debemos vetar estos pensamientos o comentario pues pueden convertirse en un nudo que no ayude a superar el duelo.
¿Qué podemos hacer?
Existen cosas que si podemos hacer para acompañar a la persona que sufre está pérdida. Expresiones como "¿qué tal lo llevas?, ¿cómo te sientes?, ¿cómo estás?..." son adecuadas y recomendables. También debemos saber escuchar cuando nos cuenten experiéncias o historias vividas con la persona perdida. El contacto físico también es una buena herramienta: un abrazo, una palmada, coger de la mano... Siempre de manera adecuada a las circunstancias, de forma moderada y velando siempre por la comodidad de la persona en duelo. Es una forma de transmitir activamente nuestro apoyo, entendimiento y afecto.
No debemos dar lecciones ni consejos a la persona de como debe llevar la situación. Tampoco es adecuado intentar acelerar el proceso de duelo. Como decíamos cada persona es distinta y cada persona requiere de unos tiempos distintos. Como regla un duelo debe durar entre 6 y 12 meses. En caso de prolongarse mucho más deberíamos consultar con un profesional porque podría ser sintomático de que algo tal vez no marche bien y la persona puede requerir de ayuda externa para superar la situación.
No obstante la ayuda del psicólogo siempre es buena en esos momentos. Especialmente en los casos en los que la pérdida ha sido más inesperada o dramática. En esos casos es muy recomendable la colaboración del psicólogo si vemos que no se lleva de manera adecuada.
Los otros duelos
Pero también debemos reconocer que existen otros tipos de duelos. Son los duelos que se producen por pérdidas diferentes y no sólo por muerte. Con estos nos referimos a duelos ante un divorcio o separación, por viajar a vivir a una nueva ciudad, por la pérdida de un trabajo, de un objeto querido como una joya o un coche, etc... También por la pérdida de mascotas.
Se trata de procesos que pueden ser tan dolorosos como los primeros y de los que se requiere un proceso de adaptación similar al anterior. En muchos de estos casos también es aconsejable la colaboración de un profesional.